El skeleton, entre artilugios y polémica

El skeleton, trineo en el que los participantes van tumbados boca abajo, al revés que en el luge, también le dio la vuelta a la modalidad disputada anteriormente en el Sliding Whistler Center. Hubo riesgo, velocidades similares, superiores a los 140 kilómetros por hora en las mujeres, y a 145 en los hombres, pero no accidentes. Se recordó la muerte del georgiano Nodar Kumaritashvili en la misma pista, pero los problemas fueron otros: los artilugios y la polémica.
La británica Amy Williams ganó el primer título olímpico individual para su país desde el logrado por el patinador artístico Robin Cousins en Lake Placid 1980. Fue una sorpresa, porque era la quinta del ranking mundial esta temporada, pero mandó desde la primera bajada. No pasó inadvertido para el equipo estadounidense, que tenía dos posibilidades de medalla con Noelle Pikus-Pace y Katie Uhlaender.
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La clave podía estar en el casco. No en el dibujo de un tigre, sino en unos apéndices que parecían darle una ventaja aerodinámica. Pero los jueces desestimaron la protesta. Argumentaron que no eran añadidos, sino que formaban parte originalmente del casco homologado.
Willliams siguió bajando más rápido que ninguna rival, incluida su compatriota Shelley Rudman, sólo sexta, y que era una de las favoritas. En la meta la felicitó especialmente Steve Redgrave, el legendario remero quíntuple campeón olímpico, una de las glorias históricas de los Juegos y ahora trabajando para Londres 2010.
La canadiense Melissa Holligsworth, plata en Turín y primera aspirante al oro en casa, ni siquiera subió al podio al jugársela y perder su baza en la cuarta y última manga. Hizo el 11º tiempo y acabó quinta. Pikus-Pace fue cuarta y las dos alemanas, Szymkowiak y Huber siguieron sumando medallas para su país en los deportes mecánicos. Falta le hará a Alemania para alcanzar a Estados Unidos, claramente destacado en el medallero en la mitad de los Juegos.


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